De los 205 estudios encontrados analizan 25, se encuentran efectos positivos en el corto y mediano plazo, versus dietas convencionales omnívoras, con impactos en el estado de peso, metabolismo energético e inflamación sistémica en participantes sanos, obesos y pacientes con diabetes tipo 2.

Dentro de los estudios los participantes que siguen dietas veganas muestran una mayor pérdida de peso y un mejor estado metabólico.

Como limitación, todos los estudios de intervención revisados ​​se realizaron en tamaños de muestra moderados y durante un período de menos de 2 años

En uno de los estudios revisados con relación a la microbiota intestinal se demuestra que cambiar la dieta basada en animales a plantas cambió la actividad microbiana intestinal hacia una compensación entre los procesos de fermentación de carbohidratos y proteínas en solo 5 días.

Seis ensayos en relación con enfermedades neurológicas y función cerebral, migraña, esclerosis múltiple, fibromialgia y artritis reumatoide, demuestran leve mejora mediante la medición de anticuerpos, y mejoría de los síntomas o la frecuencia del dolor, a veces acompañada con pérdida de peso al llevar una dieta basada en plantas.

En el nivel de los macronutrientes, las dietas basadas en plantas presentan diferentes tipos de ácidos grasos (monoinsaturados y poliinsaturados versus saturados y trans) y azúcares (complejos y no refinados versus simples y refinados), que podrían tener efectos beneficiosos para la salud.

El alto consumo de fibra de las legumbres, granos, verduras y frutas es una característica destacada de las dietas basadas en plantas podría inducir procesos metabólicos beneficiosos como la fermentación de carbohidratos regulada al alza y la fermentación de proteínas regulada negativamente.

La razón de una menor inflamación sistémica en las personas que hacen dieta en base de plantas podría deberse a la abundancia de la ingesta de moléculas antiinflamatorias y / o la evitación de moléculas proinflamatorias derivadas de animales.

Estudios más actuales revisados señalan que un bajo índice inflamatorio relacionado con la dieta también podría afectar directamente el envejecimiento cerebral saludable.

 Los niveles más altos de frutas y verduras que proporcionan fitoquímicos o vitamina C podrían estimular a su vez la función inmunológica.

Un metaanálisis sobre el efecto de la ingesta fitoquímica concluyó un efecto beneficioso sobre la enfermedad cardiovascular, el cáncer, el sobrepeso, la composición corporal, la tolerancia a la glucosa, la digestión y la salud mental. 

Una crítica importante a las dietas a base a plantas es el riesgo de deficiencias de nutrientes para micronutrientes específicos, especialmente la vitamina B12, lo que puede ser perjudicial para la salud neurológica y cognitiva cuando la ingesta es baja. La vitamina B12 es un componente crucial involucrado en el desarrollo temprano del cerebro, en el mantenimiento de la función normal del sistema nervioso central y se sugiere que es neuroprotector, particularmente para el rendimiento de la memoria y la microestructura del hipocampo.

Otro nutriente en evaluación es el hierro, se recomienda mantener un nivel óptimo de ferritina. La deficiencia de hierro no solo depende de la ingesta de hierro como tal, sino también de factores dietéticos complementarios que influyen en su biodisponibilidad.

En relación a la microbiota intestinal los autores demuestran que los perfiles microbianos intestinales de las dietas basadas en plantas presentan el mismo número total pero conteos más bajos de Bacteroides, Bifidobacterium, E. coli y Enterobacteriaceae en comparación con los omnívoros, con la mayor diferencia para los veganos.

La evidencia apunta a que la diversidad microbiana puede estar asociada con la salud del cerebro, aunque los mecanismos subyacentes y las moléculas de señalización siguen siendo desconocidas.

 Se evidencia por lo tanto un sólido respaldo general para los efectos beneficiosos de una dieta basada en plantas sobre las medidas metabólicas en la salud y la enfermedad. La evidencia de los efectos cognitivos y mentales de una dieta basada en plantas aún no es concluyente.

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